Hace exactamente un año, ya
habíamos bloqueado a la flotilla petrolera inglesa de nuestros puertos y
realizamos un acto en la Plaza Islas
Malvinas de Ushuaia para expresar el mandato popular en una ley que luego se
denominaría “Gaucho Rivero”. En esos días, en el extremo norte de la patria,
Blaquier celebraba con sangre un nuevo aniversario del Apagón, tal vez la más
siniestra cacería que el ejército y la gendarmería con apoyo de la empresa
Ledesma llevaron a cabo, al amparo de la oscuridad: 400 hombres, mujeres y
jóvenes de Libertador y Calilegua fueron capturados, encapuchados, esposados,
muchos torturados, llevados a prisiones
y centros clandestinos de detención, más de 30 continúan desaparecidos.
Blaquier no solo era dueño de la tierra sino de la vida y la muerte. Pero a
pesar del terror y de la impunidad que gozaba el oligarca terrateniente y
genocida, los trabajadores desalambraron y levantaron sus ranchos. Cuando menos
se esperaba una jueza ordenó la represión y pidió licencia. El primero en caer
fue un policía, luego, tres compañeros. Ese fue el precio que tuvieron que
pagar los jujeños por defender las tierras que en “El Triángulo”, habían
recuperado para vivienda. Hoy las 80 hectáreas ya fueron escrituradas, la
Ley Gaucho Rivero se aprobó en las cuatro
provincias marítimas y tiene media sanción en la de Buenos Aires. Videla
recibió condena a 50 años de prisión en cárcel común y Blaquier ha sido citado
a declarar por sus crímenes. La lucha por la tierra y la dignidad es la misma
lucha que realizamos contra la usurpación británica, porque el enemigo es el
mismo y porque los que decidimos que ha llegado la hora de dar el combate
también somos los mismos. Como decía Megafón, el poeta depuesto, ya estamos
listos para el combate terrestre y el combate celeste.
Entre el 24 y el 29 de
julio, participamos como “Resistencia Malvinas - La Gaucho Rivero” de
varias e intensas jornadas de lucha en Libertador General San Martín (Ledesma)
y San Salvador de Jujuy.
El viaje y las actividades en Jujuy son organizadas por CAPOMA un colectivo que recuerda la
militancia y coraje de Olga Márquez de Aredes, la mujer que marchaba sola por la Plaza de Libertador General
San Martín para reclamar justicia por su marido, Luis y los otros 33 desaparecidos
de esa ciudad y de Calilegua. Olga murió en 2005, a causa de un cáncer
de pulmón provocado por la “espora del bagazo” con la que la Azucarera Ledesma
Mata, envenena el aire y la tierra próximas al ingenio.
Los 43
compañeros representaban a 12 agrupaciones: Madres, familiares, ex presos y
detenidos desaparecidos, compañeros de CTA.
Rock para la Victoria, Radio Gráfica, un puñado de pibes del Barrio Chino de La Boca, la Agrupación Lucía Cullen de Sociales de la UBA y Moreno, Rolando
Andrade, ecuatoriano, fotógrafo de la Mesa de Juicio y Castigo, un par de la Darío Santillán, la Mena y la Pocho Lepratti entre tantos que
coordinó con paciencia infinita Gabriela Eroles.
Ya el 25 al mediodía,
llegamos a San Salvador de Jujuy y acompañamos a familiares de Avelino Bazán,
dirigente obrero de Minera Aguilar, detenido, liberado y luego desaparecido, en
la frustrada primera audiencia del juicio.
Estrenábamos la consigna: “Para el genocida de Blaquier y Nelly Arrieta, que ya tienen lugar con Videla, cadena perpetua en cárcel común…” y nos encontramos con los compañeros del MPR Quebracho, que a pesar de haber sido reprimidos pocos días antes en Cerro Negro, se hacían presentes como cada vez que hace falta ponerle el pecho a la patria.
Estrenábamos la consigna: “Para el genocida de Blaquier y Nelly Arrieta, que ya tienen lugar con Videla, cadena perpetua en cárcel común…” y nos encontramos con los compañeros del MPR Quebracho, que a pesar de haber sido reprimidos pocos días antes en Cerro Negro, se hacían presentes como cada vez que hace falta ponerle el pecho a la patria.
Llegamos temprano a Libertador General San Martín y nos alojamos en la única aula libre de la Escuela de Bellas Artes Lola Mora. Todas las demás, estaban ocupadas por compañeros de diferentes agrupaciones políticas, sociales y culturales.
Los hoteles, todos llenos. El clima estaba enrarecido por la presencia de “barrasbravas” de Jujuy que venían pagados por la empresa Ledesma para realizar un “abrazo” al edificio céntrico de la misma, junto a algunos de los trabajadores que tenían obligación de concurrir bajo amenaza.
A Blaquier y Arrieta se les viene la noche y sus reacciones son tan patéticas y peligrosas como las de los que abrazaron el Palacio de Tribunales en Buenos Aires reclamando justicia el mismo día que se condenaba a 50 años a los ladrones de bebés.
Esa noche formamos dos grupos y salimos de pegatina. Las tradicionales siluetas y con mucho cuidado de no hacerlo sobre edificios públicos o propiedad privada. Uno de los grupos sufrió provocaciones, ya cuando nos retirábamos, nos encontramos con otro pequeño grupo que restauraba el monolito con que se recuerda los nombres de cada uno de los desaparecidos de Libertador y Calilegua.
El jueves a la mañana hubo
un acto en la Escuela Normal.
Dieciséis alumnos de esa escuela fueron detenidos y desaparecidos.
Al mediodía comimos un locro, otro y van… en la Casa de la Amistad argentino-cubana-boliviana y venezolana de Calilegua que dirige el camarada Ernesto Rueda y allí nos integramos a la Marcha del Apagón.
La cabecera ya había llegado al puente mientras, a siete kilómetros, todavía había agrupaciones que esperaban salir de la plaza. Se calculan más o menos 50 mil participantes. Decenas de agrupaciones con sus banderas multicolores y el sonido de tambores y vientos animaban a marchar.
Al mediodía comimos un locro, otro y van… en la Casa de la Amistad argentino-cubana-boliviana y venezolana de Calilegua que dirige el camarada Ernesto Rueda y allí nos integramos a la Marcha del Apagón.
La cabecera ya había llegado al puente mientras, a siete kilómetros, todavía había agrupaciones que esperaban salir de la plaza. Se calculan más o menos 50 mil participantes. Decenas de agrupaciones con sus banderas multicolores y el sonido de tambores y vientos animaban a marchar.
El acto de cierre de la Marcha del Apagón fue en la
plaza central de Libertador.
Esa noche se realizó un
fogón en el patio de la escuela Lola Mora, la bandera de la Resistencia Malvinas,
Gaucho Rivero, sirvió de telón para el palco en el que muchos artistas
populares hicieron contrapunto con las consignas y bailes.
El viernes se realizaron las
audiencias previstas en San Salvador de Jujuy y la presencia de miles de
compañeros se hizo sentir en el recinto junto con los testimonios de los familiares
de los desaparecidos, que a pesar de los años transcurridos, siguen pidiendo
conocer el destino de los desaparecidos y exigen justicia para los criminales
genocidas al servicio de Blaquier y Cía.
El sábado, en El Triángulo,
se realizó un acto en recordación del primer aniversario de la toma de tierras
para vivienda. También se reclamó justicia para los cuatro muertos que costó la
batalla que llevó ocho horas. Desde el palco, el compañero del Frente Norte al
que habíamos conocido el día anterior en Calilegua, destacó la presencia de “compatriotas
que desde Ushuaia habían llegado para compartir la trinchera de la lucha por la Tierra para la vivienda y
por justicia por los crímenes del genocida Blaquier que es también la lucha
contra el pirata usurpador de nuestras Malvinas.”
Las diferentes ideologías y
políticas de los que compartimos ese viaje, no nos impidieron ricas horas de
charlas sobre la necesidad de fortalecer la democracia, profundizar la Patria Grande y aprender de los
errores que le abrieron paso a la más feroz dictadura de nuestra historia que
generó las condiciones para la entrega de la patria que hoy estamos
recuperando.
Fotos: Cazadores de Zonceras (3,4,5,9,10,14,18,19) La Noche del Apagón (17) Toni López (1,2,6,7,8,11,12,13,15,16)