Decía Dardo Cabo, después del Operativo Cóndor
“Es puta la soledad.
Aquí metidos en este chaperío
roñoso del presidio,
nos llega a ratos,
un viejo olor a presos
con trajes amarillos;
(esos pálidos presos
que viajaban a morir
con la gastada tos
que da Ushuaia).
Estamos aquí tirados,
dieciocho,
y vemos como el aire desmenuza
una nevisca dulce y solitaria
y el cielo se nos cubre de banderas...”
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