La lancha está en Buenos Aires, mañana comenzamos el acondicionamiento para presentarla en la Embajada. Tenemos más cosas que colgarle que el capitán Beto al colectivo. Me hace recordar ese chiste del monito, que le sacaba punta a un palo para metérselo… al león.
Con el sonido y el camión playo y el generador estamos ahí. Y con la plata para alquilar todo si no se consigue prestado en menos 10. Todavía no tenemos ni los volantes.
Tenemos a Pablo Crocchi, a Mario Cafiero, a Juan Gaffuri que nos van a contar de la Antártida Argentina, del Barclasy Bank y la deuda externa y de los voluntarios civiles de Malvinas.
Tenemos poetas, folcloristas y rockeros que desde su arte tienen algo que decirle a Pérfida.
Tenemos 649 jóvenes valientes y serenos que nos esperan en la orfandad de Darwin.
Tenemos banderas inglesas para quemar.
Tenemos conciencia de que somos pocos y peor armados, pero como decía Napoleón, por medio de nuestras combinaciones de armas, fuegos y bayonetas, vamos a sobrevalorar nuestra moral y doblegar la de ellos.
Tenemos una jornada malvinera de protesta desde las 14 horas del día 2 de Abril en la esquina de Las Heras y Pueyrredon, a metros del sitio donde flamea la bandera del invasor.
Tenemos que garantizar los medios para que sea posible (Alicia Cóseres ha tomado esa responsabilidad) esperamos la colaboración de cada uno, en la medida de cada uno.
Tenemos la propuesta de ir desde esa esquina hasta la embajada, marchando. Los soldados saben que si vuelven derrotados, los esperan puertas y ventanas cerradas. Y si vuelven victoriosos, los espera la cárcel, la ignominia, el exilio o la muerte. Desfilemos este 2 de abril de 2010, año del primer contraataque. Al son de la Marcha de San Lorenzo. Y allí. Cantaremos el Himno, hagamos un minuto de silencio por todos los 649 héroes de Malvinas. Y escuchemos al mismo que arengó a nuestras tropas pocas horas antes del desembarco: el Almirante Busser.
No fue solo su familia. Todos perdimos a Pedro, que cumpliendo sus órdenes, entregó la vida en la consigna de que el acto fuera realizado sin derramar sangre inglesa. Cuando a nuestra lancha le ponemos el nombre de Doña Delicia, reconocemos en ella no solo a la madre que parió al héroe. Vemos en esa señora el rostro de la Patria.
Rendimos homenaje a las madres argentinas, su coraje y su conducta. Y a la memoria de Pedro Giachino.
Un fuerte abrazo para todos
Y viva la Patria..!
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