Foto de archivo Google. AFP. Movilización a la Embajada Inglesa. Año 1996.
Preguntas de Menqui Ruiz Mattar, elmetalnuncamorira@gmail.com, sobre los viajes a Malvinas en los veleros Patagón y Malabar.
http://www.youtube.com/watch?v=zHjcpUAS2E8
Las tropas inglesas nos fueron a buscar cuando fuimos a Malvinas?
Teníamos miedo de que dispararan o estábamos convencidos de que no se iban a atrever?
Nos detuvieron o algo?
Tuvimos contacto con los kelpers?
Les dijimos que éramos argentinos?
Como reaccionaron al saber que éramos argentinos y no teníamos pasaporte?
Cual fue la expectativa ante la amenaza de muerte a los argentinos que volvieran a Malvinas? Cuáles eran las expectativas en los dos viajes?
Que esperaba?
Sentía que iba en una misión suicida?
Cuánto tiempo demoró llegar a Malvinas?
Cómo volvimos al continente?
Respuestas.
Durante el viaje del Patagón, enero 89, no había relaciones diplomáticas con Inglaterra.
Después del viaje de Destefanis en marzo del 83, el jefe de la base inglesa había dicho que al próximo argentino que volviera a las islas volvería con los pies para adelante.
No había relaciones diplomáticas con Inglaterra. Canciller Caputo. Ya habían entregado el Beagle. Mantuvimos en secreto que el objetivo de nuestro viaje era Puerto Argentino. Decíamos que el viaje era al Cabo de Hornos. En una revista de náutica que yo dirigía habíamos publicado un artículo llamado Un crucero a las Islas Malvinas, en abril del 88. Para el dueño del barco la cosa era como la del alemancito que había volado en avioneta a Moscú, y si no íbamos a Malvinas e íbamos al Cabo de Hornos, era lo mismo. Para mi, fue de entrar de cocinero suplente cuando leyeron mi artículo a quedar como segundo de abordo, cuando empezó la borratina, ante lo inevitable de la zarpada. Y de tatuarme las islas en el brazo en cuanto lo hicimos. El barco no tenía navegador satelital pero el tenía un auto cero kilómetro. Y no quería que se demorase la travesía para no perderse de correr motonáutica en Punta del Este. Estilo lo hago por deporte, esto no tiene ninguna connotación patriótica o política. En Puerto Deseado, el prefecto nos advierte que conoce nuestro objetivo. Nos deja ir y nos saluda con la sirena del guardacostas… pero la noche anterior, todo el pueblo sabía que ese barco salía para Malvinas. Pensamos que entonces, los ingleses también lo sabrían. Y que tal vez quisieran interceptarnos antes de entrar a la zona de exclusión (200 millas alrededor de Malvinas) Yo les decía que con lo que sale un misil o un cohete, era mucho más fácil pasarnos por encima con un pesquero. Pero igual, lo pasamos dos nieblas y dos noches haciéndonos la cabeza. Nos podríamos haber metido por el San Carlos y nadie nos veía. Entramos y fuimos nosotros, por radio, los que avisamos que llegamos. Ahí nos quedamos en una boya. Y ellos venían a bordo con una lancha. Personal de civil, de policía y aduanas.
En el segundo viaje, con el Malabar, en febrero del 92, también nos podíamos haber metido en cualquier lugar. Les avisamos por radio antes de entrar a puerto. Uno de los marineros supimos que era chileno. Los demás tal vez kelpers, porque se destacaba que el Jefe de Puertos era inglés. Durante el segundo viaje, por radio, escuchamos debates entre los kelpers al respecto de porque nos dejaban o no nos dejaban desembarcar. Llevábamos abordo dos camarógrafos, uno de Canal 13. Un veterano de guerra y un ciudadano inglés. Los argentinos, viajábamos con la Tarjeta Blanca, documento binacional expedido por la Cancillería argentina por acuerdos con Inglaterra anteriores a la reconquista. Menem, en los acuerdos de Madrid, no había planteado la posibilidad de que los argentinos volviéramos a las islas.
En el primer viaje, pensábamos que podían meternos en cana, hacernos desaparecer o eliminarnos. Pero era un riesgo a correr.
En el segundo viaje, el riesgo era si nos dejaban o no nos dejaban bajar. No nos planteamos bajar de prepo. Ni antes ni en el momento.
El objetivo del primer viaje, penetrar la Zona de Exclusión y llegar con el pabellón nacional a Puerto Argentino, se cumplió.
El objetivo del segundo viaje, de llegar con un veterano de guerra, con un inglés simpatizante de nuestra causa y con una cámara de canal 13, y confrontar la Tarjeta Blanca, y volver… se cumplió!
En el primer viaje no esperábamos nada. Sobrevivir. Cuando llegamos, vivimos. Y cuando volvimos, volvimos a vivir. Al cruzarnos con el GC Thompson, con todos los marineros en cubierta con banderas argentinas nos empezamos a dar cuenta de lo que habíamos hecho.
En el segundo viaje conseguimos el material para hacer el documental.
Fueron cuatro años de trabajo para editarlo.
El documental no tuvo la difusión esperada.
Kasanzew en la dirección de noticiero de Canal 7 no pudo ponerlo en el aire.
Cada tanto lográbamos hacer copias en VHS. Era lo peor del Menemismo.
En el 90, cuando le entregamos la bandera del Patagón, tuve la oportunidad de decirle lo que pensaba, en la cara, en su despacho presidencial.
Desde Puerto Deseado, en velero hasta Puerto Argentino, tres días.
Desde Mar del Plata, en velero, once días.
En los dos casos, volvimos navegando.
La primera, directo de Pto Argentino a Mar del Plata, seis días.
La segunda, creo, cuatro de Pto Argentino a Pto Deseado.
Y la tercera?
En esta tengo la seguridad de que llegamos y volvemos.
Que antes no tenía. En esta no tengo miedo a no volver si fuera necesario.
Y que si no sirve para encender la pradera, que sea como fue Fitzgerald o los Cóndores, o los civiles del 82.
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