martes, 17 de abril de 2012

El 42 % de las acciones de Repsol pertenecen a British Petroleum

Podemos considerar como hechos aislados, la expulsión de los barcos de bandera pirata de Falkland Island (UK) del puerto de Montevideo en diciembre 2011, la declaración de Ushuaia del 25 de febrero y el bloqueo del puerto de Ushuaia a tres cruceros británicos procedentes de Malvinas el lunes 27 y la expropiación del 51 % de Repsol a favor de YPF ?

Recordamos haber denunciado que Repsol abastecía de combustibles a los “bombardeos humanitarios” que masacraron a nuestro hermano pueblo libio aliado incondicional en la defensa de Malvinas y del gobierno popular ante el golpe del 76.

Durante todo el año pasado expulsamos, repudiamos, bloqueamos y finalmente rechazamos una exploración petrolera en la Cuenca de Malvinas, frente a Río Grande, TDF. La UTE estaba conformada por la empresa “española” que utilizaba para sus fechorías el nombre de YPF, junto a Petrobrás y Pan American Energy (todas, con capitales de la British Petroleum) Venían bancados por De Vido, Timerman y el Almirante Godoy.

La construcción de poder popular y patriótico en cada uno de los puertos en que enfrentamos al usurpador, nos permitió forjar la que llamamos Ley Gaucho Rivero, que prohíbe el amarre o abastecimiento de buques o aeronaves de bandera británica o de conveniencia, que realicen tareas de exploración o saqueo de los recursos naturales en la Cuenca de Malvinas.

Esta ley se replicó en Santa Cruz y Chubut, o sea, en todo el litoral petrolero de la Argentina. Y cuando el cipayo Buzzi declaró que iba a permitir el amarre de los buques expulsados de Ushuaia, una delegación de Veteranos de Guerra y militantes recorrió cada uno de los puertos que participaron del bloqueo. En Comodoro Rivadavia, la presencia de un buque inglés cargando cemento con destino a “paraguay” terminó con cuatro de nuestros compatriotas heridos, tres de ellos de gravedad, cuando intentaron impedir la maniobra y fueron brutalmente reprimidos por un dinosaurio que manchaba el uniforme malvinero de la PNA, al grito de: zurdos de mierda, los deberíamos haber matado a todos cuando pudimos. En Madryn, una marcha del MT 28 (MPR Quebracho) encabezada por veteranos de Tierra del Fuego, Santa Cruz y Chubut, dos de ellos sobrevivientes del Belgrano, dejó bien claro que lo que con el piquete se gana con el piquete se defiende.

Sobre la valiente actitud de Fabiana Ríos al aplicar la Ley, comparable solo en nuestra historia con la de Juan Manuel de Rosas cuando defendió la Vuelta de Obligado o Isabel Perón que mandó a cañonear el barco de Shackleton, tuvimos el apoyo de la presidenta Cristina Fernández Kirchner que también hizo historia, al llamar al pueblo argentino al boicot del capital inglés. Sus ministros de industria y relaciones exteriores también anunciaron medidas de resistencia y bloqueo a la usurpación. Y luego del 2 de Abril, desde Ushuaia, Capital de las Islas Malvinas, Randazzo apoyó explícitamente la aplicación de la Ley Gaucho Rivero.

Ese 2 de Abril, frente a la cueva del pirata, compartimos una marcha de miles de compatriotas con los dirigentes de diferentes organizaciones sociales y políticas que iban desde la reivindicación de los montoneros y el erp a Isabel Perón. Y lo que nos unió en un acto sin incidentes, fue identificar al enemigo principal, Inglaterra y la utilización de elementos jurídicos e institucionales para derribar los Acuerdos de Madrid y Londres.

Cuando preparábamos el Malvinazo, acto popular y patriótico en la Plaza Islas Malvinas de Ushuaia, que se realizó el sábado siguiente al bloqueo, los británicos anunciaron el envío al continente de un grupo de comandos SAS (fuerzas especiales) que tendrían como objetivo proteger al príncipe no de las acciones del gobierno nacional o del fueguino, sino de un “grupo de extremistas argies”. También vimos los videos en los que practican su puntería contra la lancha del “frente de liberación por Malvinas”. En Montevideo, mientras intentábamos recuperar tan solo el nombre del buque VGM Yehuin, capturado por Inglaterra como botín de una guerra que nunca se declaró y que hace 30 años está privado de su nombre y su bandera, una operación de prensa británica nos acusó de nuevo de extremistas y supuestos veteranos que queríamos “copar” un barco uruguayo.

No era la primera vez que nos acusaban de ser parte de “Quebracho”. Dijeron que esa organización iba a quemar el puerto el día que llegamos a Deseado y en Río Grande, el blanco era el aeropuerto, allá por junio/julio 2011. La verdad es que los compañeros de esta organización hermana, estuvieron codo a codo, en la campaña contra la flotilla pirata y en la sanción y defensa de la Ley Gaucho Rivero. Y no participaron de la operación de Montevideo ni en los disturbios de la embajada inglesa. Nosotros, hay que repetir, tampoco. En dos años de campaña pública, la Resistencia Patriótica NUNCA se enfrentó con fuerzas de seguridad, porque NUESTRO ENEMIGO ES INGLATERRA.

La dirigencia que tuvo que respetar los acuerdos de Madrid y Londres no puede, hoy, exigir a la justicia que considere como norma jurídica algo que no lo fue ni lo es. Por eso, con el bloqueo a los barcos ingleses provenientes de Malvinas se descubrió que SE PUEDE ir contra la capitulación. Y con la con la expropiación de Repsol (BP), con la apertura de la Causa Yehuin, con la exigencia de obtener la TARJETA BLANCA para ir a Malvinas sin pasaporte, ladrillo por ladrillo, vamos a ir derrumbando el Versalles argentino.

La hermandad de los patriotas y vecinos, esta que nació en los puertos, junto a los trabajadores organizados y los movimientos sociales y estudiantes y los queridos veteranos de Guerra de Malvinas, hoy inscribe sus acciones dentro de la política de estado de la Argentina por la recuperación de las Islas Malvinas, por el petróleo, por Famatina, contra el saqueo y la usurpación. Como decidimos aquella vez en Mar del Plata (sabiendo que no nos tiembla el pulso para tirarles con una piedra o una botella) preferimos echar de nuestra tierra a esos gringos patasucias, como ya rajamos a la embajadora Shane Morgan. Con la Ley Gaucho Rivero, con la Expropiación de YPF, con organización, movilización y mandato popular.

NO HAY PUNTO FINAL PARA MALVINAS

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