La Ley Gaucho Rivero no tiene espíritu ni intenciones, tiene
letra.
Espíritu tenía aquel gaucho entrerriano, joven y analfabeto,
pastor y esquilador de ovejas. Él presenció el atropello de los norteamericanos
de la fragata Lexington en 1831. Resistió el secuestro de los pobladores en
1833. Un 26 de agosto se rebeló y, a pesar de ver caer y entregarse a algunos
de sus compañeros, y de ser traicionado por otros, no se rindió. Fue capturado
en 1834, conducido prisionero a Londres, liberado sin condena en Montevideo años
después y murió peleando contra el mismo enemigo, en 1845, en la Vuelta de
Obligado. Fue este espíritu el que guió a los 18 militantes peronistas que -en
1966- durante la dictadura de Onganía secuestraron un avión y plantaron siete
banderas azules y blancas en las islas. Mientras tuvieron bajo control lo que
hoy se llama Puerto Stanley, lo bautizaron Puerto Rivero. Patriotas como
aquellos que lucharon en 1982 y que en 2011 rechazaron la presencia de una
flotilla petrolera británica de los puertos desde Ensenada hasta Río Grande. Como los legisladores
de Tierra del Fuego, Santa Cruz, Chubut,
Río Negro y Buenos Aires que sancionaron las leyes provinciales de defensa
contra el saqueo de los recursos naturales en la Cuenca de Malvinas. Aquello
que defendimos con facón y boleadoras, con cadenas y cañones, con fusiles y
pelotas hoy -con las armas de la democracia y la Constitución- lo protegemos
con la ley Gaucho Rivero.
Intenciones tienen los que van al infierno. Los que
disfrazan su discurso, mienten y
conspiran para evitar que se siga cumpliendo la Ley Gaucho Rivero. Los que
quieren negar que los buques petroleros y pesqueros y militares con destino a
Malvinas ya no pueden amarrar en los puertos de Suramérica porque, a pedido del
primer presidente de la Patria Grande en 200 años, volvieron a ser considerados
piratas. Los que argumentan que los cruceros de turismo no abastecen a los
usurpadores, no les aportan 16 millones de dólares por temporada ni participan, por lo tanto, del saqueo. Los que
intentan confundir las cancelaciones por la crisis europea con el costo de la
defensa de lo nuestro. Los que detrás de sus personerías, inclusive de ex
soldados, dicen que la ley se extralimitó, que así no fue pensada, que con la
pesca y los hidrocarburos ya está bien. Los que sabiendo que las leyes
provinciales estaban en plena vigencia siguieron vendiendo pasajes y servicios
para una actividad prohibida desde el Río de la Plata hasta la Tierra del Fuego
porque “alguien les guiñó el ojo y les dijo que la ley no se iba a cumplir”. Los
que quieren resumir la defensa de la soberanía del pueblo y de la patria al
cálculo de ganancias y pérdidas divido por cuánto: ¿Por 649, por 30.000, por
los fusilados de la patagonia rebelde y los bombardeados de Plaza de Mayo? Sus
argumentos son tan británicos como la mugre de los calzones de la reina y
hieden como los pedos de Margaret Thatcher. Son obscenos.
La ley tiene letra y en su letra dice: “se prohíbe el
amarre, abastecimiento o actividades logísticas de buques de bandera inglesa o
de conveniencia, buques militares, que realicen tareas de exploración o
explotación de recursos naturales, en la Cuenca de las Islas Malvinas, sobre la
plataforma continental argentina”.
La gobernadora Fabiana Ríos asumió la responsabilidad por la
aplicación de la Ley en TDF y la reafirmó con un decreto reglamentario. El
ministro del interior Florencio Randazzo, durante la vigilia del 2 de Abril en
Río Grande, expresó que la Ley Gaucho Rivero es “una herramienta de defensa de
la soberanía nacional”. La embajadora Alicia Castro, citada en Londres por la
diplomacia pirata el lunes 3 de diciembre afirmó: “las leyes de cabotaje
marítimo entre las Islas Malvinas y el continente son la legítima defensa de
las provincias contra el saqueo de los recursos naturales. En vez de protestar
y hacerme perder el tiempo, deberían aceptar las resoluciones de las Naciones
Unidas y comenzar la descolonización”.
La ley Gaucho Rivero fue aplicada por primera vez el 27 de
febrero de 2012 en Ushuaia, cuando se prohibió el ingreso a puerto a dos buques
(Star Princess y Adonia) de bandera inglesa (red flag o enseña roja) que
provenían de las Islas Malvinas. Un tercero (Balmoral) cambió su rumbo en el
Pacífico y se volvió al Norte. Entre los militantes y dirigentes que exigieron
que se respete la tinta aún fresca de la Declaración por Malvinas, realizada
dos días antes por el ejecutivo provincial junto a las comisiones de relaciones
exteriores del Congreso de la Nación se encontraba Jorge Colazo, senador nacional
por Tierra del Fuego. Esa noche los patriotas no dormimos y pudimos ver a la
madrugada como la luz verde de estribor de los cruceros piratas se ocultaba
para mostrar la blanca de popa. Ni los agentes marítimos ni los funcionarios
provinciales ni la gobernadora ni el ministro Timerman, durmieron. Porque ese
27 de febrero en el muelle de Ushuaia ¡se despertó la Patria!
“Hubo muchos que se plegaron al orden triunfante en
Malvinas, en 1833. Y hubo otros que no aceptaron el yugo inglés. Por todo lo que
significó Rivero y los miles de Riveros que ofrendaron sus vidas en defensa de
la patria grande americana, bien vale el homenaje de nombrarlo al impulsar esta
ley”, decía el diputado Miguel Montoya, veterano de guerra de Malvinas, al presentar el proyecto que fue aprobado por
unanimidad en la provincia de Chubut. “Esta ley no será letra muerta, porque
los trabajadores portuarios podrán hacerla cumplir, mal que les pese a los que
se pliegan al orden dominante”, advirtió.
Con la decisión británica de negar las leyes provinciales
Gaucho Rivero, la lucha contra el saqueo y la usurpación ha pasado del Canal de
Beagle a Puerto Madryn, al Río de la Plata y de éste, a la UNASUR. La vieja
raposa no tiene defensas cuando los patriotas elegimos el momento y lugar de
dar la pelea. No tenemos más tiempo ni paciencia para derrotas que nunca son honrosas porque el saqueo colonial
envenena y mata. Vamos por todo es “vamos por Malvinas”. A los que todavía
creen que billetera mata galán, les vamos a demostrar que un puñado de Riveros
pueden más que un rebaño de traidores. Porque somos muchos los puños de los que
queremos ser como Antonio Rivero o Juana Azurduy, y a pesar del ruido que hacen,
son muy pocos los que quieren ser como Cleto Cobos o Nelly Arrieta de Blaquier.
Acciones
realizadas por el colectivo patriótico Resistencia x Malvinas y el Observatorio
leyes provinciales Gaucho Rivero
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Junio 2012: denunciamos la violación de la Ley
en TDF por el buque Stena Polaris, contratado por YPF para transporte de crudo
desde Río Grande hasta Puerto Rosales. A pesar de la represión y las denuncias
no pudimos detener la operación, pero con movilizaciones y escraches logramos el
compromiso de que YPF Argentina NO VOLVERÁ A CONTRATAR BUQUES DE BANDERA
INGLESA.
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Julio 2012: solicitamos y obtuvimos el Salón
Arturo Illia, del Congreso Nacional, para una sesión pública del Observatorio
con la concurrencia de representantes de las cinco provincias y bajo la
presidencia de Amado Boudou.
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Agosto 2012: Para el aniversario de la
resistencia del Gaucho Rivero en 1833, la presidenta Cristina Fernández de
Kirchner recibió las siete banderas que el Grupo Cóndor hizo flamear en
Malvinas. Una de ellas es para acompañar los restos del presidente Néstor
Kirchner, otra quedó en la Basílica de Itatí.
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Setiembre 2012: durante la Sea Trade (convención
internacional de cruceros de turismo) en la Terminal Quinquela Martín del
puerto de Buenos Aires logramos el compromiso de George Hill (Ministerio de
Turismo), del ingeniero Falcón (AGP) y de la Prefectura Naval Argentina, de que
se informaría a todos los presentes que la Ley Gaucho Rivero tiene plena
vigencia.
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Octubre 2012: en el Hotel Bauen -recuperado por
los trabajadores-, el Senador Nacional por Tierra del Fuego, Osvaldo López,
presidió la primera reunión pública del “Observatorio leyes provinciales Gaucho
Rivero”. La sesión fue presidida por el senador, Juan Vera, veterano de guerra
de Malvinas, sobreviviente del Crucero ARA Gral. Belgrano y dirigente de ATE y
CTA, y Toni López, de Resistencia x Malvinas. Además, participaron los heridos
en combate Jorge Altieri y Marcelo
Wytrykuz; sobrevivientes del legendario
Grupo Cóndor y militantes y dirigentes gremiales y sociales y miembros de la
conducción del MPR Quebracho. También se recibieron las adhesiones de la
Comisión de Familiares de Caídos en Malvinas y de la agrupación Pueblo en
Marcha, de Federico Bernal. El objetivo del Observatorio es institucionalizar
las leyes provinciales y el bloque atlántico.
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Noviembre 2012: realizamos presentaciones ante
la PNA, Cancillería, Jefatura de Gabinete de Ministros y el gobierno provincial
de TDF. Procuramos que el decreto
presidencial 256/10 -que regula el tráfico marítimo en la Cuenca de Malvinas-
se ajuste a las leyes provinciales antes de conferir autorización para navegar
aguas territoriales. Se realizaron escraches, una denuncia penal en la justicia
federal y boicot marítimo durante seis horas a 400 pasajeros y 300 tripulantes
del buque Seabourn Sojourn que violó la ley Gaucho Rivero.
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La queja del imperio británico ante la OMI
(Organización Marítima Internacional) no fue respaldada por ninguno de los
delegados de los 170 países presentes mientras que la posición de nuestra embajadora, Alicia Castro, fue
respaldada por el bloque regional Suramericano.
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Diciembre 2012: Dirigentes de la Resistencia x
Malvinas, Grupo Cóndor y MPR Quebracho Chubut (Trelew–Puerto Madryn) participaron
en Ushuaia de la asamblea de dirigentes fueguinos junto a autoridades del
puerto para reafirmar, a través de un acta, que la ley se cumplirá de forma
inflexible. Los buques Vendaam, Aída Cara, Seven Seas y Regatta ya anunciaron
que se someten a las leyes provinciales Gaucho Rivero, a pesar de ello, el
Vendaam suspendió una recalada en Ushuaia.
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