Al Toque nomás, cerquita de nuestra costa patagónica, a un tiro de bote, como si fueras de Buenos Aires a San Clemente en lancha, al toque está la Argentinidad.
Tal vez llegó la hora de invertir la pirámide ética. Tal vez sea el momento oportuno para que la base de la pirámide, el pueblo raso, suba las líneas de la ética nacional a sus gobernantes. Que mostremos al vértice cómo es el ser argentino. Cómo es el ser nacional. Cuál es nuestra ética, nuestra moral, nuestra tradición, nuestros anhelos.
Tal vez llegó el momento de despertar a nuestros líderes al tronar de los motores. Que no hemos de usar cañones. Porque somos un pueblo de paz. Pero también somos un pueblo de honor. De dignidad.
Parece que llegó el momento, al toque nomás. La Argentinidad quiere decir Presente! y nombrar a las Islas por su nombre de verdad: Malvinas, vamos para allá.
Porque tenemos derecho. Porque nos corresponde. Porque no se purga un atropello con el solo paso del tiempo, pero se ejercen los derechos usándolos.
Porque los pueblos nobles tienen causas nobles que no se convierten en indignas porque se hayan perdido algunas batallas.
Porque no sabemos si alguna vez podremos recuperarlas, pero nuestro territorio merece el intento de integrarlo.
Nuestra soberanía merece el esfuerzo de defenderla en un murmullo incesante que vaya diciendo desde la Isla de los Estados hasta Puerto Argentino: Libertad!
Porque la Soberanía es a la Nación lo que la Libertad es al Hombre: sagrada e inalienable. No es posible claudicar.
Porque siempre queremos oír el ruido de rotas cadenas.
Porque Soberanía y Libertad no nos son dadas, no son gracias que nos conceden, sino que habitan en nosotros si estamos en estado de gracia, aun en la usurpación, aun en la esclavitud.
Nadie creerá seriamente que habremos de recuperar las Islas mediante un asalto-raid motonáutico. Desde luego que no.
Pero nadie dudará que habremos de recuperar el estado de gracia, el espíritu soberano y hemos de plantar nuestra presencia constante y zumbante en nuestro propio territorio, más allá de quién lo esté ocupando en la ocasión.
Porque las Islas están aquí, al toque nomás, como nuestra argentinidad, que vamos a despertar al tronar de los motores.
Dra. Alicia Wexler
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