El capitán del Seabourn Sojourn volvió a apagar el sistema de control de navegación VOR para dirigirse a las Islas Malvinas.
Repite así la misma acción ilegal que ya llevó adelante el 27/11 al salir de Ushuaia.
En Puerto Madryn, adonde debería llegar mañana procedente de Montevideo (ROU) el personal de puerto y de Prefectura Naval Argentina desconoce la posición del buque inglés que fue botado en Londres, en el río Támesis y tuvo como madrastra a la modelo Twiggy.
La imagen del buque pirata con 700 personas abordo, 400 pasajeros y 300 tripulantes, "desapareció" del sistema de control de navegación al abandonar aguas territoriales de Uruguay. Esto podría deberse a una emergencia, y ocasionaría una inmediata operación SAR de búsqueda y rescate. Aunque otra interpretación es que el armador, representado en Buenos Aires por la agencia marítima Shipping Services SA, presidida por el ingeniero Santiago Díaz Mathé, no reconoce que las aguas que rodean las Malvinas sean aguas territoriales argentinas y por lo tanto no se somete a las reglas de navegación.
La Cancillería debe avenirse a respetar las leyes provinciales Gaucho Rivero y solicitar a Uruguay y Chile que impidan que este auténtico buque pirata, por ADN, por nacimiento y por actitud, siga violando las leyes del mar. Es la falta de sentido común y patriótico de la cancillería lo que permite que estos corsarios se aferren a un resquicio burocrático-legal para burlar las leyes.
El Seabourn Sojourn, luego de su periplo hasta Valparaíso, volvería a Ushuaia el 28 de diciembre y a Buenos Aires el 4 de enero de 2013.
El 18 de diciembre saldría para Malvinas el crucero Le Boreal que lleva bandera inglesa y es propiedad de capitales ingleses y para el 28 del mismo mes, como broma del "Día de los Inocentes" llegaría a la ciudad austral el Star Princess, también con destino Malvinas.
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