La ley Gaucho Rivero se sancionó por primera
vez en Ushuaia, Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur, el 25 de
agosto de 2011.
Ya fue replicada en todas las provincias atlánticas
argentinas: Santa Cruz, Chubut, Río Negro y Buenos Aires.
Se aplicó por primera vez el 27 de febrero de
2012 cuando, con un piquete, se exigió a las autoridades del puerto que se
cumpliera con la Declaración de Ushuaia que había sido firmada en esa ciudad
dos días antes por las Comisiones de Relaciones de Exteriores del Senado y la
Cámara de Diputados y el ejecutivo provincial.
Los cruceros de turismo Star Princess y
Adonia, ambos con banderas de colonias del Reino Unido, fueron advertidos de que
estaban incluidos en la prohibición de amarre y abastecimiento a los buques de
bandera pirata que realicen actividades relacionadas con el saqueo de los
recursos naturales de las Islas Malvinas.
Junto al Balmoral, que cambió de rumbo en el océano Pacífico, eran los tres últimos
cruceros de la temporada 2011/12.
El pasado mes de setiembre, en el Sea Trade o
Salón de Promoción de Turismo en Cruceros en el Atlántico Sur, el representante
del Ministerio de Turismo, George Hill, el de Administración General de Puertos,
arquitecto Falcón, y personal de Prefectura Naval Argentina se comprometieron a
advertir a los operadores sobre las leyes provinciales Gaucho Rivero.
En lo que va de la temporada, los operadores
de los cruceros Aida Cara, Silver Cloud, Seven Seas y Regatta, suspendieron sus
recaladas en Islas Malvinas reemplazándolas por Puerto Madryn y Ushuaia. Otros
armadores, ligados profundamente a la economía del imperio británico, decidieron
violar esta ley que, tal como lo expresaron el ministro del Interior, Florencio
Randazzo, y la embajadora ante el Reino Unido, Alicia Castro, es “herramienta
de defensa de la soberanía nacional”.
Así es que el 4 de enero, un día después de
cumplirse 180 años de la primera usurpación británica en las Islas Malvinas,
los cruceros de turismo Star Princess (que ya fuera expulsado de Ushuaia hace
11 meses) y el Seabourn Sojourn (que fuera sometido a boicot en su anterior
recalada en Buenos Aires) tienen previsto amarrar en la Terminal Internacional
de Pasajeros Quinquela Martín. Y seguir haciéndolo. Dicen que la ley no es para
ellos. Tienen jueces y funcionarios que los apañan. Medios que confunden y
desinforman. Nosotros, vamos a resistir.
Vamos a resistir porque aquí NO HAY PUNTO
FINAL PARA MALVINAS, el 4 de enero, desde las 10 de la mañana, con actividades
de protesta frente a la Terminal Internacional de Pasajero Quinquela Martín, Av.
Ramón Castillo y Av. De los Inmigrantes.
Vamos a resistir como resistió Ensenada
aquella vez que vinieron con bandera pirata de noruega después de que los
habíamos echado de Mar del Plata.
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